De forma cónica casi perfecta,
este cerro parece emerger hoy de las aguas azules del embalse de la
Serena.
La "montaña mágica", como algunos
le llaman, rápidamente cautiva a quien lo contempla: parece que haya
sido sacado de un cuento fantástico.
Este capricho de
la geología, fruto un poco del devenir del río Guadalemar en su
desembocadura con el Zújar, ha sido equivocadamente calificado por
algunos como de origen volcánico, pero lo cierto es que de volcán sólo
tiene la forma. |